Desde
la Cooperativa San Nicolás de Tolentino de Almonacid de la Sierra lanzan este monovarietal tan auténtico.
Taninus
no el más rico, ni mucho menos perfecto, ni es la sensación, ni tal vez lo sea,
pero lo que está claro es que no es otro más. Esconde un homenaje a tierra, a la
tradición, a la historia; un conjunto de principios teñidos de rojo.
Más que
un proyecto se trata de otra genial iniciativa en la zona de recuperar y
recompensar variedades autóctonas, en este caso la vidadillo, originaria de
Almonacid de la Sierra, que se acredita allá por el s. XXII aunque yo no estaba. Una apuesta
por lo nuestro, que tan bien suena, pero que tan mal encaja en esto del capitalismo. Una buena siembra que acabará recogiendo sus frutos.
La vidadillo como tal, es una variedad complicada y eso se manifiesta en copa. Es
un vino de trago corto, con fruta madura, especiado, algo licoroso, al que le
ha dado buen trato la barrica y con un final con ligera astringencia incluso
positiva entre bocado y bocado de un buen asado dominguero.
Por
todo esto y por más, Taninus es un logro, congratulations! ;)
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